Los Zapatos de madera se han convertido en un cliché Holandés, un símbolo del pasado de los Países Bajos. Incluso su nombre, klompen (sí, el singular es klomp), tiene un sonido divertido y tan holandés. Pero resulta que los zapatos torpes son una forma de arte moribunda. Como informa Maude Brulard para la AFP, solo quedan unos 30 fabricantes de zuecos holandeses.
esa es la estimación de un funcionario de la industria, que le dice a la AFP que la tradición «está casi muerta.,»A pesar de su aspecto icónico y su importante papel en la historia holandesa, los zuecos de madera ahora están hechos principalmente para turistas, no para el uso diario. El funcionario le dice a la Agencia que cada año se fabrican 300,000 pares de zapatos, pero principalmente para compradores extranjeros. Y a pesar de los zuecos multigeneracionales que han transmitido su arte, cada vez menos personas están interesadas en tomar un oficio que parece condenado.
el declive del famoso calzado ha sido rápido y triste., El registro más antiguo conocido de los zapatos resistentes en Ámsterdam se remonta a alrededor de 1230 DC, una época en que las calles medievales y el clima implacable del Norte de Europa cobraron su precio en los pies de las personas. Para los agricultores y pescadores, eran especialmente útiles, y los zuecos de madera hechos a mano eran tan resistentes que a menudo se transmitían de generación en generación junto con la sabiduría de la fabricación de zuecos.,
aunque los zapatos de madera todavía son usados por algunos agricultores y Trabajadores al aire libre o en ocasiones tradicionales, no están exactamente en boga para el uso diario. A veces asociados con las zonas rurales o la pobreza, los zapatos pasaron de moda ya que los zapatos de cuero se convirtieron en la norma.
pero la industria turística holandesa retomó donde la moda lo dejó. Hoy en día, puede visitar un museo de zuecos en Zaandam o sentarse en un enorme zuecos frente a las tiendas turísticas de todo el país., Pero a pesar del hecho de que todavía son comprados por los clientes (y que los zapatos sobrevivieron a un desafío de la UE que afirmaba que no eran seguros para el lugar de trabajo), la demanda está disminuyendo. Así que la próxima vez que veas un zapato de madera, date cuenta de que no es solo un cliché, sino que es un símbolo de una historia holandesa colorida y que desaparece.